Todo empezó una mañana cualquiera, cuando abrí el grifo de la cocina y apenas salió un hilo de agua. Al principio pensé que era algo puntual, pero en pocas horas se sumaron otros problemas: la cisterna goteaba sin parar y el agua caliente tardaba una eternidad en llegar. En ese momento entendí que necesitaba ayuda profesional, así que me propuse encontrar una buena empresa de fontanería en Pontevedra.
Lo primero que hice fue preguntar a familiares y amigos. Algunos me dieron nombres de fontaneros autónomos, otros me recomendaron empresas con más de un técnico disponible, lo cual me parecía una ventaja por si surgía una urgencia. También revisé las reseñas en internet, fijándome no solo en la puntuación, sino en los comentarios: me interesaba saber si eran puntuales, si explicaban bien las reparaciones y si respetaban el presupuesto acordado.
Tras comparar varias opciones, llamé a una empresa que parecía reunir todo lo que buscaba: buena reputación, precios claros y disponibilidad rápida. Me atendieron de forma amable y concertamos una cita para el día siguiente. Desde el primer momento, me inspiraron confianza: llegaron a la hora acordada, revisaron la instalación con cuidado y me explicaron, paso a paso, cuáles eran los problemas.
El diagnóstico fue claro: había una obstrucción parcial en una tubería, el mecanismo de la cisterna estaba desgastado y el calentador necesitaba un ajuste. Me dieron un presupuesto detallado antes de empezar, sin letra pequeña ni sorpresas. Durante el trabajo, fueron ordenados, cubrieron las zonas para evitar manchas y, algo que valoro mucho, recogieron todo al terminar.
En un par de horas, todo volvió a funcionar como debía. Abrir el grifo y ver salir un buen chorro de agua, sin goteos ni esperas, fue una pequeña alegría. Además, me dieron consejos para mantener la instalación en buen estado y evitar problemas futuros, como limpiar periódicamente los filtros de los grifos y no ignorar ruidos extraños en las tuberías.
Buscar una buena empresa de fontanería en Pontevedra me enseñó que vale la pena dedicar tiempo a comparar y preguntar antes de decidir. La diferencia entre un servicio mediocre y uno profesional es enorme, y en este caso no solo solucionaron mis problemas, sino que me dejaron la tranquilidad de saber que mi casa está en buenas manos.