Es una de las marcas relojeras con mayor prestigio de su sector, pero a diferencia de Rolex, Omega o Breguet, posee un vínculo estrechísimo con el mundo del motor. La historia de TAG Heuer está ligada a eventos deportivos de la entidad de Le Mans, la Carrera Panamericana o la Fórmula Uno, y sus principales cronógrafos están inspirados en ellos. Así, cuando se busca un reloj tag heuer hombre precio, no sorprende encontrar nombres como Carrera, Monza o Monaco que desprenden adrenalina y velocidad.
La marca fundada por Edouard Heuer forma parte del automovilismo desde la primera década del siglo veinte, cuando desarrolló un instrumento para salpicaderos llamado «Time of Trip». Además de determinar la hora, contaba con un pulsador que permitía medir la duración del trayecto, todo un avance en los albores de la automoción.
En los años treinta, TAG Heuer lanza el Autavia, un temporizador para salpicaderos con una precisión impensable para la época (hasta dos décimas de segundo). Su nombre es una combinación nada sutil de las palabras «automóvil» y «avión». No en vano sería instalado en aeroplanos, coches y dirigibles, antes de su reemplazo en décadas posteriores por los modelos Auto-Rallye o Monte-Carlo.
Mediado el siglo, en plena edad de oro del automovilismo, la firma suiza introduce uno de sus modelos más icónicos, Carrera. Fue su primer reloj de pulsera con bisel giratorio bidireccional, complicación en boga que permitía realizar cálculos de velocidad en la alta competición o consultar una zona horaria alternativa.
Por aquellos años, TAG Heuer logró convertirse en patrocinador oficial de la Fórmula Uno, en una colaboración extensible a los monoplazas de la Scuderia Ferrari. Dos de los grandes premios más emblemáticos del calendario de esta competición, Mónaco y Monza, servirían de inspiración de dos nuevos cronógrafos del mismo nombre. El Heuer Monaco, además, alcanzaría fama mundial gracias a Steve McQueen.